Queridos lectores

Hola queridos lectores,

¿Cómo han estado? Yo muy contenta, porque dentro de poco comenzaré una nueva parte en mi vida escribiendo periódicamente en el diario Énfasis (enfasiscomunicaciones.com), donde contaré con la colaboración de mis queridas amigas de El Rincón de la Novela Romántica y Yel, de The Itzel Library.

Espero se animen a visitar nuestra sección, se llamará “El rincón de las letras”, y nos dejen muchos comentarios (de ser agradables, mejor, jeje).

Y hablando de comentarios, quiero responder a uno bastante desagradable, y no por darle importancia, sino porque me parece totalmente fuera de contexto y malicioso. Es un tema que me gustaría comentar con ustedes, aprovechando el momento, y es que, si bien no me quita el sueño, me molesta que exista este tipo de gente maliciosa cuyo único interés en la vida parece ser la manera de perjudicar a otros. Y más que contestarles como haría mi querido Alex de Maná “me vale lo que piensen”, quiero decir unas palabras en defensa de mi novela.

En primera quiero aclarar que no me molestan las críticas, siempre y cuando sean verdaderas y constructivas. Comentarios como "él me parece muy joven", o "no me gusta que se peleen tanto", están bien, es lo que piensan y lo que sienten, y tienen todo el derecho de expresar su opinión.

Pero aquellos que son hechos con el único motivo de destruir, aquí va mi respuesta (no voy a dar nombres, no quiero otorgarles la importancia que no se merecen, quienes sean que se pongan el saco, y punto). Así que ustedes, saben quienes, lean esto :

Antes que nada quiero aclarar que yo no le he enviado a nadie mi novela, Santa Julia. Si llegó a sus manos no fue por mí, empecemos por eso.

En segundo, y muy importante, Santa Julia NO es un libro de historia, es una novela de romance o rosa, como también es llamado este género literario, así que si por alguna razón tienen el interés de leerla, háganlo tomando esto en consideración, y no juzgándola como un libro de historia que habla de la Revolución mexicana, porque no lo es.

Y para aquellos que obviamente no tienen ni idea de lo que les estoy hablando, aquí va la definición:

La novela rosa es un género literario narrativo novelesco, que cuenta la historia de una pareja de enamorados cuyo amor debe triunfar en la adversidad.

¡Eso es Santa Julia! Una novela rosa ambientada en la época de la revolución mexicana. Si lo que quieren es encontrar una lección de historia, sencillamente abran un libro de historia o investiguen por internet. Si buscan fechas, datos o nombres no los encontrarán aquí, y no porque no haya investigado, no en vano pasé un año leyendo y empapándome en la época, es porque no incluí esa clase de información a propósito. Como ya dije, es una novela de romance, el tema principal es el amor, no la política, no las fechas, no las batallas ni los lugares.

Si lo que les preocupa saber (y eso siendo amable, porque dudo mucho que realmente les preocupe) es si yo soy culta en el tema y puedo responderles sobre lo que investigué, claro que sí. Incluso tengo datos verídicos que no se encuentran en ningún libro, pues son experiencias de personas que vivieron en ese tiempo y han relatado su historia por ellos mismos. Si la pregunta es si en Santa Julia encontrarán esos datos, la respuesta es no, porque sencillamente no los incluí. No es un libro de historia, es una historia de amor ambientada en la época, y como no buscarían datos de la Guerra Civil de Estados Unidos en Mujercitas, tampoco intenten buscarlos en Santa Julia, porque como ya he recalcado tantas veces es una novela de amor ambientada en la época, el tema principal es la relación amorosa entre Julián y Mariel, no los revolucionarios, las fechas o las batallas.

En cuanto a la ubicación de Santa Julia, sí, yo sé dónde estuvo. ¡Claro que sí! Pero no tengo intención de decirlo, es un secreto, que si bien se ponen a investigar podrían deducirlo fácilmente. El lugar es estratégico, y no hay mentiras en cuanto su ubicación y las personas que estuvieron allí, y si no, prueben lo contrario ;)

Y sobre la selva Lacandona, ¡por el amor del Cielo! Hablamos de un México cien años atrás, un México muy distinto al que conocemos ahora. Sólo hace quince años había muchos más bosques y selvas que ahora. Y por favor, investiguen un poquito antes de ponerse a hablar, porque de verdad me da vergüenza ajena, ¿qué no se les ha ocurrido que hay más selvas en este país maravilloso que sólo la Lacandona? De verdad que deberían seguir el consejo de “es mejor callar y pasar por tonto, que abrir la boca y disipar la duda”.

Así pues, concluyendo, lo que quiero informarles a ustedes, mis queridos lectores, con todo esto, es que pueden leer Santa Julia con toda confianza, cada dato del ambiente histórico escrito allí tiene una base sólida, y real, si les interesa. Pero léanla y disfrútenla por lo que es: una historia de amor.

Estrella

P.D. Sólo les quiero añadir un dato cultural acerca de la selva en nuestro amado país. Espero les resulte interesante.

La selva:

Algunos les llaman trópicos, otros selvas húmedas y otros bosques tropicales; pero todos están relacionados, son sitios en donde llueve en grandes cantidades y las temperaturas, en general, se mantienen constantes durante todo el año. El color predominante es el verde y las hojas de las plantas y árboles son grandes. La esencia de estas áreas está en las interacciones, cadenas alimenticias y las mutuas interdependencias.

En los trópicos de México predominan dos tipos de vegetación: las selvas altas perennifolia y las selvas medianas. Las primeras son selvas siempre verdes con árboles que nunca pierden las hojas, por eso tienen la palabra perenne que significa “para siempre, eterno”. Se desarrollan en regiones con lluvia continua (9 a 12 meses del año). Las selvas medianas se desarrollan en zonas con menos lluvia (7 meses del año), por lo que el 25% de las especies de árboles pierden las hojas en la sequía. Ambas selvas pueden describirse como selvas húmedas.

Las selvas húmedas de México ocupaban alrededor de 220,000 kilómetros cuadrados (11% de la superficie total del país) antes de la llegada de los españoles. El límite de distribución al norte, en lo que alguna vez fue una franja continua de selva, se encontraba en San Luis Potosí y Puebla. En el centro abarcaba los estados de Veracruz y Tabasco y al sur partes importantes de Oaxaca y Chiapas hasta la frontera con Guatemala. Desafortunadamente, en la actualidad sólo queda alrededor del 10% del total original nuestras selvas húmedas, debido a las prácticas de desmonte, ganadería y colonización.

México perdió el 90% de su selva tropical en los últimos 40 años, según un estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM).


No hay comentarios:

Publicar un comentario